El proyecto de 260 metros lineales de intervención, se compone de una pasarela-mirador que va desde la rampa de conectividad y hasta la infraestructura de paseo costero, logrando una continuidad en la circulación peatonal del lugar, la cual genera un nuevo frente o “fachada” a las viviendas colindantes a esta obra, y a su vez, les entrega un primer elemento de resguardo.

En su extensión, se desarrollan rampas de acceso a la playa, conectando las solaneras que aparecen y desaparecen, según el movimiento de las mareas del mar interior en el archipiélago de Chiloé.

Una explanada contenida por un muro costeo con gradas, una glorieta tipo palafito y un paseo con accesibilidad universal y taludes verdes, dan forma a este Borde Costero del sur de Chile.